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Mientras los adversarios se acercaban a Rain, sus rápidos reflejos y habilidades de combate salieron a la luz. Ejecutó una patada rápida y bien dirigida que mandó al primer grupo de enemigos al suelo, llenando el aire con el inquietante sonido de los huesos crujiendo. Estos oponentes demostraron ser sorprendentemente frágiles, cayendo inconscientes tras el impacto.
A pesar de este contratiempo inicial, los enemigos restantes continuaron su incesante carga, sin desanimarse por el destino de sus camaradas. Sin embargo, la principal preocupación de Rain era la seguridad de sus amigos que estaban detrás de él.
Motivado por una mezcla de ansiedad y determinación, Rain cambió su enfoque rápidamente. Sin dudarlo, lanzó un potente puñetazo que alcanzó su objetivo, derribando a los adversarios que avanzaban.
Rain dio algunos pasos hacia atrás y confirmó que también podía usar su magia, así que enterró parcialmente a los enemigos antes de regresar al convoy.