章節 1: ENTRETENME MORTAL
En un oscuro y polvoriento salón, las sombras danzaban a la tenue luz de una vela parpadeante. Severus Snape, con su túnica negra desgastada y su cabello desordenado, yacía en el suelo, respirando con dificultad. Los ecos de la batalla aún resonaban en su mente, y el dolor punzante en su costado le recordaba la brutalidad de los Medioradores.
Con un esfuerzo titánico, se levantó lentamente, apoyándose en la fría pared de piedra. Cada movimiento era un recordatorio de su derrota, pero su determinación no se desvanecía. Sabía que debía regresar a su habitación, a su refugio, donde podría curarse y planear su próximo paso.
Al llegar a su habitación, cerró la puerta con un golpe sordo, aislándose del mundo exterior. La penumbra lo envolvía, y el aire estaba impregnado del aroma de pociones y hierbas. Se dejó caer en el frío piso, sintiendo el peso de la derrota aplastarlo momentáneamente. Pero no podía permitirse rendirse.
Con manos temblorosas, comenzó a preparar una poción curativa, cada ingrediente cuidadosamente seleccionado. Mientras trabajaba, su mente se llenaba de pensamientos sobre lo que había perdido y lo que aún podía salvar. La luz de la vela iluminaba su rostro, revelando la mezcla de dolor y resolución en sus ojos oscuros.
"Esto no es el final", murmuró para sí mismo, mientras el líquido burbujeante comenzaba a tomar forma. Sabía que, aunque había caído, siempre había una oportunidad para levantarse de nuevo. Y así, con cada gota de la poción que caía en su frágil cuerpo, se prometió que volvería a luchar, que no dejaría que la oscuridad lo consumiera.
No sabía cómo lo encontraron, pero algo era preciso: Dumbledore tenía que ver con el ataque, pues ellos buscaban algo. En prisión, él había comprado un pedazo de chatarra de un mago, el cual le sonrió como loco. Dos nueces por un pedazo de oro con cristal fue algo que no pudo resistir.
En la penumbra de su habitación, Severus se reclinó en un viejo sillón de cuero, sintiéndose pesado y adolorido, la luz del caldero filtrándose a través de la habitación.
De repente, un torrente de recuerdos ajenos comenzó a invadir su mente. Imágenes vívidas y emociones intensas lo asaltaron sin previo aviso. Vio a un niño corriendo por un campo de flores, riendo con una alegría que él nunca había conocido. Sintió el amor de una madre que lo abrazaba con ternura, un amor que había estado ausente en su propia vida. Luego, la escena cambió, y se encontró en un oscuro callejón, donde el miedo y la desesperación lo envolvían como una sombra.
"¿Qué está pasando?", murmuró Snape, llevándose las manos a la cabeza, tratando de bloquear la avalancha de sensaciones. Cada recuerdo era como un eco de una vida que no era la suya, pero que resonaba profundamente en su ser. Vio rostros desconocidos, oyó risas y llantos, y sintió la pérdida de seres queridos que nunca había tenido.
A medida que los recuerdos continuaban fluyendo, una revelación comenzó a tomar forma en su mente. Las piezas del rompecabezas se unieron lentamente, y con cada fragmento que emergía, la verdad se hacía más clara. No solo era un espectador de estas vidas; era parte de ellas. Era un reencarnador, un viajero de almas que había vivido múltiples existencias, cada una con sus propias alegrías y sufrimientos.
Con un profundo suspiro, Snape se dejó caer hacia atrás en el sillón, sintiendo el peso de su nueva comprensión. La soledad que había sentido durante tanto tiempo comenzó a desvanecerse, reemplazada por una conexión con aquellos que habían vivido antes que él. "No estoy solo", pensó, mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios. "Soy la suma de todas mis vidas".
Un destello de luz mágica apareció ante él, y un pequeño dispositivo flotante se materializó en el aire. Era un revelador, un artefacto que había sido creado por un antiguo mago para evaluar las habilidades de los brujos, o eso era lo que buscaba Dumbledore al mandar a los Mortífagos a recuperar el objeto.
Con una mezcla de curiosidad y desconfianza, Snape extendió la mano y tocó el dispositivo que se incrustó en su piel. Al instante, una pantalla holográfica se desplegó, mostrando sus estadísticas y habilidades en un formato que nunca había visto antes.
Estadísticas de Severus Snape:
- Inteligencia: 85/100
- Habilidad en Pociones: 98/100
- Destreza Mágica: 90/100
- Carisma: 60/100
- Resistencia: 75/100
Snape frunció el ceño al ver su puntuación de carisma. "No es necesario ser carismático para ser un buen pocionista", murmuró para sí mismo, aunque una pequeña parte de él sabía que su actitud a menudo intimidaba a los demás.
A medida que exploraba más el dispositivo, se dio cuenta de que también había un apartado para habilidades especiales:
Habilidades Especiales:
- Maestro de Pociones: Capacidad para crear pociones complejas con facilidad.
- Ojo de Águila: Aumento en la percepción y la observación.
- Sombra Silenciosa: Capacidad para moverse sin ser detectado.
- Conocimiento Oscuro: Dominio de las artes oscuras y su historia.
Snape sonrió levemente al ver su dominio en pociones y su habilidad para moverse en las sombras. "Al menos hay algo en lo que sobresalgo", pensó, sintiendo un ligero orgullo.
Finalmente, el dispositivo le ofreció una opción: "Mejorar habilidades". Snape se detuvo a pensar. ¿Debería invertir tiempo en mejorar su carisma? ¿O quizás en aumentar su resistencia para soportar las largas noches en la sala de pociones?
Con un suspiro, decidió que, aunque no era hora, más tarde utilizaría esta ventaja absurda en este mundo. Pero antes de poder seguir interactuando, algo se proyectó frente a Severus.
Un antiguo templo, iluminado por luces parpadeantes y rodeado de estatuas de dioses olvidados, apareció en el centro de la sala. Un dios antiguo se manifestaba ante él. Su figura era imponente, con una larga barba y una mirada que reflejaba siglos de aburrimiento. A su alrededor, el aire estaba cargado de energía mística.
— ¡Oh, mortales! He estado aquí por eones, observando cómo la humanidad se aferra a su insignificancia. Pero he dejado un artefacto, un objeto que otorga poder a quien lo posea. (hace una pausa, mirando al vacío) Quizás, solo quizás, alguien digno lo encuentre. (sonriendo con desdén al ver a Severus asustado). Soy un dios generoso, joven mortal, y he decidido que tú serás el afortunado en recibir el poder de mi artefacto. Pero ten cuidado, pues el poder tiene un precio; los últimos mortales fueron idiotas y crearon tres estúpidas cosas que llaman reliquias de la muerte, ¡ja! Ni de pisapapeles sirven.
El dios levanta su mano y el artefacto se fusiona completamente con Severus, resplandeciendo con una luz dorada. Snape sintió un gran dolor que lo desmayó, pero antes escuchó las últimas palabras del dios antiguo.
— Este artefacto te otorgará habilidades extraordinarias, pero también te convertirá en un jugador en un juego que trasciende el tiempo y el espacio. Deberás enfrentarte a desafíos y tomar decisiones que afectarán no solo tu destino, sino el de muchos.
— ¿Y qué tipo de desafíos?
Dolorido, Severus respondió con sus últimas briznas de voluntad:
— (con una sonrisa traviesa) Ah, eso es parte de la diversión. Cada elección que hagas te llevará por un camino diferente. Pero recuerda, el poder puede ser tanto una bendición como una maldición.
Snape, sintiendo la atracción del poder, extendió la mano hacia arriba y cayó inconsciente.
.....autor....
Después de hacer cinco pruebas, creo que Balan y Black Legión Slytherin serán lo mejor que haré.
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