~ SASHA ~
Zev había comenzado a provocarla. Y maldito sea, a ella le encantaba.
Estaba sentado casi derecho, inclinándose ligeramente hacia ella, forzándola a inclinarse un poco hacia atrás. Tenía un agarre en sus hombros para mantener el equilibrio, pero no estaba realmente pensando en nada de eso. Todo lo que podía ver eran sus ojos, y todo en lo que podía concentrarse eran las sensaciones que él estaba extrayendo de su piel.
Él había bajado sus manos para acunar sus muslos, sus yemas de los dedos acariciando los lados de sus piernas, erizando los pelos de ahí y haciéndola temblar de anticipación.
Pero sus ojos estaban fijos en los de ella y su rostro... nunca había parecido tanto el lobo que vivía en su piel, y sin embargo no tenía miedo. Tenía hambre de ella, y ella quería ser devorada.