—SASHA
Sasha mordía su labio y miraba la autopista que pasaba y los bosques y praderas circundantes. Tenía que seguir forzándose a relajar las manos porque estas no paraban de cerrarse en puños en su regazo en el momento en que dejaba de prestarles atención.
—Sé que esto es mucho, Sasha, pero no tenemos mucho tiempo. Van a esperar verte bastante pronto después de que lleguemos.
Ella asintió, manteniendo su rostro lo más inexpresivo posible. —Ok, dime. ¿Qué necesito hacer para asegurarme de que me manden de vuelta?
—Necesitan estar seguros de que no estás trabajando en contra de ellos.
Sasha soltó una carcajada. —¿Cómo voy a saber si trabajo en contra de alguien cuando ni siquiera me dicen lo que están haciendo? —dijo, manteniendo su tono lo más seco posible—. Me topé con esto. No tenía ni idea de lo que estaba pasando. Todo lo que escucho es que me destinaste para Zev justo después de decirme que me habrías matado si él no se hubiera ido. ¿Y quieres que sea leal a eso?