—Sasha despertó un par de horas más tarde, justo cuando el amanecer estaba iluminando el cielo fuera de las ventanas. No se movió, esperando ver si Zev estaba despierto. Pero él estaba hundido en su almohada, su respiración baja y lenta, uniforme. Ni siquiera se movió cuando ella giró la cabeza para mirarlo, su rostro guapo hinchado.
Tenía una mano en su estómago y por un momento simplemente se quedó acostada allí, disfrutando que él la buscara, incluso en su sueño. Su corazón se hinchó con el pensamiento.
Mientras yacía allí, repasó los eventos de la noche en su mente: la forma en que él había estado tan tenso por el olor del complejo y de Nick. La manera en que se había quedado en su forma de lobo hasta que hubo despejado el lugar del "hedor".
Examinó su rostro dormido. Estaba tan relajado que lo hacía parecer más joven, a pesar del espeso vello facial oscureciendo sus mejillas. Había perdido peso desde la infección, aunque seguía siendo masivo y fuerte y…