Respiro hondo, acomodo mi largo cabello dentro de la capucha, bajo la mirada y apresuro el paso. Tengo que llegar rápido a mi destino, el haber aparecido aquí pone en sobre aviso a sus malditos mortífagos y, por ende, a él.
Sabía que llegar a donde quería no iba a ser fácil, pero debía intentarlo. Es necesario llegar ahí, es el único lugar en el que mi magia se intensificará lo necesario y tendré la fuerza suficiente para realizar el hechizo que tengo planeado realizar.
Ha pasado un año desde la última vez que estuve aquí, quizás un poco más, por un momento siento como todos los recuerdos buenos y malos me golpean con fuerza, sobre todo su recuerdo, me obligo a reprimir las lágrimas y a seguir mi camino.
-Identifícate. - Giro lentamente sin levantar la mirada, con la capucha cubriéndome la mitad de rostro y sintiendo en la frente la punta de una varita.
Sonrío de medio lado al reconocer su voz, esto quizás pueda ser fácil. Lentamente me quito la capucha dejando ver mi rostro y observando cómo sus facciones se contraen en una mueca de sorpresa.
- ¿Vas a matarme? - Me mira con lágrimas en los ojos y baja su varita negando con la cabeza.