El combate se volvía agobiante, y debían apurarse, aunque Fary sabía de los peligros que aguardaba el interior de la montaña, nunca pensó que la resistencia del Culto para que el vuelo azul no se presentase fuera tan férrea y abrumadora.
Kuro detuvo con su escudo la embestida de un enorme orco esquelético, eran fuertes, cada vez más fieros y los nigromantes no se dejaban ver. Inhalo una bocanada de aire y exhalo fuego vil sobre su oponente, carbonizándole los huesos, pero eso no fue suficiente, tuvo que invocar un haz de luz para terminar el trabajo deshaciendo su maltrecha figura. Quedaban muchos más.
Uxor mantenía a raya con gruñidos a los necrófagos que con seguridad querían alimentarse de la tierna carne de Am, y está junto con un elemental lanzaba jabalinas heladas tratando desarmar uno que otro no-muerto.
La cara siempre serena de Isz estaba esta vez bastante sería, incluso para alguien tan instruida como ella, la manada de muertos andantes era bastante molesta, uno por uno eran sacudidos por magias invisibles que los terminaban haciendo pedazos.
Fary y Li afrontaron con más facilidad el reto, invocando trombas de energía arcana que destruyeron esqueletos por montones.
De pronto un orco, más vivo que muerto se abalanzó sobre Li, acortando distancias, embistiendo una y otra vez los escudos de la arcanista con una monumental hacha. Ella respondió condensando en sus palmas una increíble y densa cantidad de magia que expelió hacia delante, desintegrando por completo a su agresor. "uff, eso estuvo cerca" suspiró, pero inmediatamente sintió sobre su espalda una onda de choque que la botó al suelo, atontada se dio vuelta para ver que había sido eso, alguien le había salvado, normalmente habría sido Ur'Gal pero él no estaba, el calor del interior de la montaña lo habría dejado indefenso, era alguien, una sensación familiar y aterradora se apoderó de ella, haciendo una mueca de sorpresa, "¡Tú!", pronunció con fuerza, Fary e Isz sintieron la misma sensación mirando hacia la arcanista que estaba indefensa en el suelo.
Una sombra enorme y poderosa se erguía frente a Li, era un cuerpo abstracto, pero bastante vivido, un mago oscuro, de sus brazos parecía salir enormes garras como las de un animal, y de su espalda, dos alas espectrales se desplegaban amenazadoramente. Todos lo miraron.
Era el hombre hiena de los sueños de Li, el mismo que la había visitado la noche antes de entrar a la montaña, más enorme, más poderoso de lo que pensaba, y enfrentándose a él un brujo orco, vivo, con una sonrisa resplandeciente de energía vil.
- ¡Fenrar! - gritó Isz que pensó en correr a ayudarle en el combate, pero fue detenida por Fary, quien movió su cabeza en señal de desaprobación; - pero necesita ayuda-.
-si es él, y está vivo, es más fuerte de lo que recordamos-.
Fenrar invoco un enorme escudo de runas que detuvo unas cuantas bolas de fuego vil, el orco gruño en algún idioma desconocido, y varios brujos más rodearon a Li y su defensor, ella se paró inmediatamente, respiró hondo y justo antes de que los orcos volvieran a atacar, su cuerpo empezó a titilar, como si de una luz se tratase, entonces un color nocturno la envolvió y una que otra estrella resplandeciente brillaba sobre su cuerpo, un Arconte, un fase de la magia arcana a la que solo los más expertos podían entrar.
- ¿lista? - le preguntó Fenrar a Li.
-cuando quieras- le respondió bastante seria.
Fue como un baile, sin moverse mucho, Li Wang disparó rayos arcanos en todas las direcciones, algunos orcos fueron inmediatamente fulminados, otros alcanzaron a invocar escudos y abisarios, entes del vacío abisal muy resistentes. Por su parte Fenrar los sorprendió a todos, especialmente a Furiazul y su pupila, que conocían el poder del mago oscuro, y no previeron aquel avance; se movió rápidamente dejando un rastro sombrío a su paso devorando la esencia de sus adversarios, que caían pálidos e inertes al suelo. el primero de los brujos, que parecía ser el líder y el más poderoso, se impulsó en el aire hacia Li expulsando energía vil de su cuerpo entero, pero su intento de deshacerse de la arcanista fue detenido rápidamente por Fenrar, que riendo como una hiena salvaje golpeó sin parar el torso del orco, haciéndolo escupir sangre verde, entonces formó entre sus manos una densa bola de energía oscura, que hizo estallar en el cuerpo del brujo, un enorme dragón serpenteante hecho de sombras salió del estallido del orco, rodeando a Li y al conjurador con velocidad, atravesando y devorando a todos los brujos y sus esbirros.