Shen Li regresó a la suite, y Huo Siyu aún no había vuelto. El mayordomo suspiró aliviado al verla regresar. Solo entonces Shen Li se dio cuenta de que había estado fuera solo media hora.
—Suspiro, solo media hora y ya me sentía ansiosa —Shen Li se recostó en el sofá y dijo, mirando al techo, el extremadamente lujoso candelabro de cristal parecía que podría deslumbrar a alguien.
Es genial ser rico, hacer lo que quieras. Huo Siyu la trajo aquí, y si su intención era corromperla, había tenido éxito a medias. Al menos, ella había sido expuesta a la extravagancia de Dubái.
Pero, realmente quería regresar a su país.
Se oyeron pasos, y Shen Li cerró los ojos instintivamente y fingió estar dormida. Huo Siyu se acercó con una sonrisa, y al ver a Shen Li, extendió la mano para levantarla.
—Oye, oye, ¿a dónde me llevas? —Shen Li abrió los ojos, se liberó del abrazo de Huo Siyu y rodó hacia el otro lado del sofá.