Jamie no dijo nada. Entrecerró los ojos y permaneció en silencio por unos segundos.
—Adelante. No importa lo que quieras hacer, incluso si quieres matarme, te dejaré ser.
Después de que Jamie terminó de hablar, de repente bajó la cabeza y besó con fuerza los labios de Ellen.
Había pasado mucho tiempo desde su último beso. Esa sensación suave y familiar abrumó a Jamie.
¡Jamie perdió la cabeza en un instante!
La persona en la que había estado pensando durante cinco años estaba en sus brazos y besándolo. No había nada más cómodo que esto.
Jamie no pudo evitar cerrar los ojos y dejarse llevar.
Inesperadamente, Ellen no se resistió. Sus labios rojos se entreabrieron ligeramente, y Jamie le dio un beso con lengua.
El sabor de ella hizo que Jamie no pudiera controlarse. La besó apasionadamente mientras la sostenía por la cintura.
De repente, el ascensor se abrió con un ding.
Había muchos reporteros afuera, y siguieron tomando fotos de los dos.