—Victoria no le gustaba la actitud de Bobby; la mirada en sus ojos parecía decir que nadie aquí podía luchar a la par con él. Incluso cuando vieron a un joven cultivador del noveno rango, no tuvo mucha reacción. ¡Qué arrogante! Victoria no se molestó en ocultar su desdén. Todos aquí hoy eran jóvenes y talentosos; todos eran considerados prodigios en sus respectivas familias, por lo que estaban seguros de sus habilidades. Varias personas le lanzaron a Bobby miradas sucias, y él se dio cuenta de que su actitud había sido algo irrespetuosa.