—Todos miraban a Slater colocar trozos de caramelos en el suelo con incredulidad. Cuando dijo que tenía una gran idea y que haría que Penny saliera, todos estaban un poco escépticos. Entre los hermanos, Slater era el que estaba en contra de Penny.
—Si no fuera por la larga paciencia y profundo entendimiento de Penny, a nadie le sorprendería si terminaban peleando como perros y gatos. Pero Slater estaba seguro, y dado que querían creer en su espíritu, le dejaron ejecutar sus planes.
—¿Quién habría pensado que este tonto plan funcionaría?
—En el vestíbulo, el Mayordomo Jen y Haines se quedaron boquiabiertos al ver la parte superior del cabello de Penny rebotando sobre la barandilla. El Mayordomo Jen estaba tan sorprendido que no pudo evitar cubrirse la boca abierta.
—Señorita Penny…' el Mayordomo Jen lloraba mentalmente, ahora preocupado de que a Penny la secuestraran tan fácilmente.
—Haines, por otro lado, tenía una expresión vacía. "Ella... ella es tan linda", susurró.