—Continúa —dijo Bai Lian.
La enfermera sabía que extraer más sangre dañaría el cuerpo del donante, pero la mirada en los ojos de Bai Lian la sobresaltó, y temblorosamente extrajo dos tubos más. Finalmente, reuniendo coraje, habló:
—Realmente no se puede sacar más.
—Mm, gracias —Bai Lian bajó la manga y se levantó.
La llamada fue urgente, Bai Lian no le había dicho a Ji Heng, había venido sola. Afuera, Ji Shaojun hablaba intermitentemente con Xu En sobre algo, y cuando vieron salir a Bai Lian, ambos inconscientemente detuvieron su conversación.
—¿Cómo está la Tía? —Bai Lian se detuvo frente a Ji Shaojun, mirando hacia la sala de emergencias donde se llevaba a cabo la reanimación.
Ji Shaojun estaba con la cabeza entre las rodillas, en silencio, mientras Xu En intervenía para explicar:
—Tu tía se cayó accidentalmente por las escaleras...
—¿Escaleras? —Bai Lian asintió.
Xu En hizo un sonido afirmativo.
Bai Lian no hizo más preguntas, ni sabía si creerle.