En realidad, no podían ofrecer mucha ayuda excepto lavar verduras y buscar agua. El resto del trabajo fue asumido por Lu Qiubo. Yang Lin quería ofrecer su ayuda, pero fue ahuyentado por Lu Qiubo.
—Abuela Qiubo, ya estás cocinando tan temprano.
Ya Molian, junto con Lin Caisang, llegaron a casa justo a tiempo para ver a Lu Qiubo salir con un trozo de carne en sus manos, una sonrisa feliz en su rostro.
—Oh, Sangsang y Molian han regresado.
Al verlos, la sonrisa de Lu Qiubo se profundizó.
—Molian, hoy es el festival de Espigas, no hay nadie en tu casa, ¿por qué no lo celebras con nosotros? Te ahorrarás la molestia de regresar a casa y cocinar, lo cual es bastante problemático —le dijo a Ya Molian.
Al oír esto, Ya Molian miró a Lin Caisang, buscando su opinión.
—¿Por qué me miras? —Lin Caisang parecía completamente inocente y lo miró enojada.
¿Qué tenía que ver esto con ella? Era su abuela quien le pidió que se quedara. ¿Seguramente no podría irse si ella dijera que no?