Punto de vista de Valencia
—¿Cómo se atreve ese alfa a acorralarte así? —gritó enojada Alina en cuanto entré en el salón, mi mirada se desvió hacia Carl, que estaba sentado allí con la mano en su frente mientras se masajeaba.
—No tienes idea de lo difícil que fue para mí evitar que ella irrumpiera en esa habitación y quemara la mitad de este apartamento —dijo Carl, y miré a Alina, mi mirada severa esta vez.
Era bueno que ella tuviera deseos y yo estaba dispuesta a aguantar sus berrinches, pero si iba a involucrar a las personas que me rodean, aquí es donde iba a trazar el límite.
—Lo siento —se disculpó inmediatamente, y yo levanté mi ceja izquierda hacia ella, haciendo que suspirara antes de mirar a Carl y también se disculpara con él.
—Ve a mi habitación, toma un baño y cámbiate. Debes estar cansada —le dije a Alina, quien asintió con la cabeza de inmediato.
Miré a Carl en cuanto ella se fue.