PUNTO DE VISTA DE VALENCIA
Regaño.
Eso era lo que estaba recibiendo de Carl y también de Dylan, quien estaba en la videollamada al mismo tiempo mientras me miraban con el ceño fruncido.
—Entiendo —dije después de un tiempo, lo que lo enfureció aún más.
—¿Entiendes? ¿Realmente entiendes? No tienes idea de lo preocupados que estábamos. Mi corazón casi salta de mi pecho cuando Carl dijo que vio tu sangre en el suelo. ¿Y qué hiciste? Incluso después de huir de allí, en lugar de llamarnos y decirnos que estabas bien, regresaste como si nada hubiera pasado y te dormiste mientras todos nosotros perdíamos la cabeza —dijo Dylan y yo murmuré.
Él era la única persona que se había preocupado por mí de principio a fin sin lastimarme a cambio. Y por eso, cuando me regañaba así, no lo rechazaba.