—Lily —Ricardo movió su mano más cerca de la de su exesposa pero se detuvo, sin querer moverla más lejos.
Amelie ignoró ese nombre y en silencio pasó su dedo índice sobre el borde de la copa de vino con un movimiento circular. Ricardo intentó de nuevo:
—Gracias por ayudarme anoche. Debe haberte causado problemas desde que te fuiste tan rápido. O eso me dijeron.
—Ricardo —finalmente ella volvió sus ojos hacia el hombre y frunció un poco el ceño—, ¿qué es lo que quieres de mí? ¿Quieres que sigamos siendo amigos? Bien, puedo hacer eso. Así que por favor deja este comportamiento errático. Solo te harás daño actuando de esta manera.