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Permaneció mirando la publicación tanto tiempo que perdió la noción del tiempo y cuando volvió en sí, su cama ya estaba empapada con sus lágrimas.
—¿Él ya había seguido adelante, tan rápido? —Tiana murmuró para sí misma. Todavía no lo había superado y él había seguido adelante como si ella ni siquiera importara, ¿alguna vez la amó realmente? —se preguntaba Tiana mientras miraba su teléfono, sus ojos aún destilaban lágrimas.
El espectáculo era tan doloroso que rápidamente lanzó su teléfono a un lado y enterró su rostro en la cama, llorando a pulmón lleno. Justo en ese momento, se escuchó un golpe en su puerta.
—Tiana se quedó helada y al instante giró hacia la puerta.
—La comida que pediste ya llegó —escuchó decir a Nicklaus, y su corazón se llenó de asco por él. ¡Lo odiaba! Dios, lo odiaba hasta los huesos. ¡Si no fuera por él, ahora estaría en los brazos de Adrián!