—No es nada —Molly Walker, temerosa de que él descubriera la verdad sobre su matrimonio inicial, instintivamente desvió su rostro, evitando su mirada inquisitiva.
Michael Gallagher la miró fijamente, sus ojos ardían, haciéndolo difícil para los demás discernir qué estaba pensando.
—Puedes ofrecer tu sangre a Jeremy Norman y dejar que Harry Lambert te acompañe en cualquier cosa, pero no estás dispuesta a hablar más conmigo —Michael Gallagher cerró sus ojos y soltó un largo suspiro.
Su voz era ronca y profunda, su corazón se sentía encadenado, y cada respiración que tomaba le provocaba un dolor palpitante.
Sabía que la había lastimado antes, y si ella desconfiaba de él, era culpa suya. Pero cuando realmente enfrentaba la situación, todos sus miembros se sentían fríos.
A veces un buen recuerdo también puede ser bastante doloroso. Era una fuerza a tener en cuenta en el mundo empresarial, pero cuando se enfrentaba a la chica que le gustaba, solo podía bajar humildemente la cabeza.