```
Como una marea creciente, la ola de protestas comenzó en serio. Alpha Thorton retrocedió, sus ojos ardían de ira. Conociendo su arrogancia, debió haberse sentido aún más enfurecido cuando todos los demás decidieron unirse en su contra.
—¡No me forzaréis a la abdicación! —rugió, con la saliva acumulándose al lado de sus labios—. ¡Damon Valentine es un mentiroso! Y lo sabréis cuando termine el eclipse. Mi hijo tendrá su lobo y cuando eso suceda, tendré a Damon de rodillas frente a mí, suplicando perdón.
—Picante —intervino Blaise.
Hubo una serie de resoplidos reprimidos, ya que nadie quería parecer inmaduro al reírse en esta solemne ocasión.
—¡Blaise! —le regañé. Quería abofetearlo pero me conformé con esconder mi rostro detrás de mi palma de vergüenza.
—Lo siento, querida —dijo Blaise, sonando para nada arrepentido—. El chiste se escribió solo.