El guardia cerró su cadena con llave.
—¿Podrías tener un poco más de cuidado, por favor? —preguntó Jazmín—. Mis muñecas duelen.
El guardia escupió a sus pies y le sonrió con desdén.
—¿Cuidado? Tienes suerte de que tengas lengua, traidora. Pero tu padre no fue cuidadoso cuando violaba y mataba a nuestras mujeres —dijo él.
Jazmín ahora estaba cansada.
Todo estaba al descubierto.
Su secreto estaba allá afuera ahora.
Xaden sabía quién era ella, no había razón para pretender más.
Ella sintió de repente un peso menos en sus hombros ahora que todo había sucedido.
Por supuesto, ella no quería que él supiera quién era porque sabía que nunca entendería.
Pero ahora que todo ha salido a la luz del día, no tenía sentido ocultar sus sentimientos.
Suspiró profundamente y miró al hombre directamente a los ojos. —Sí, mi padre hizo esas cosas terribles y horribles a ti y a tu familia. Te pido disculpas por los pecados de mi padre. No castigues a la hija por los pecados de su padre.