Si esta acción fue buena, entonces ella definitivamente hizo lo correcto, no solo salvando vidas, sino también ayudando a su propio padre.
Ella estaba algo lenta y confusa cuando regresó a su habitación del hospital, y justo cuando entró, escuchó la charla emocionada de Ting Yuan.
—Lele, ¿sabes qué? ¡Salimos en la televisión y en los periódicos! ¡Mi mamá me vio y dijo que me veía muy bien! Incluso los líderes del pueblo y de la ciudad han visitado mi casa y nos han traído montones de cosas. ¡Ahora todos me llaman héroe, y dicen que me otorgarán el 'Portador de la Bandera Roja del 8 de Marzo'! Me he vuelto famoso.
—¿Qué debería hacer? —Ella se sostuvo la cara nuevamente—. ¿Debería peinarme? Así, me veré elegante cuando regrese, ¿verdad?
—Quizás no —Lin Yile siempre fue honesto—. Tu cara es demasiado grande, si te peinas, creo que no se verá como una cara sino más bien como una calabaza de invierno.