Ella se dio la vuelta y miró la multitud de cabezas abajo. De repente, se sintió como si estuviese rodeada de estrellas. Se rió para sí misma, pensando: ¿por qué un estudiante debería pensar demasiado en todo?
Había vivido más tiempo que los demás, y mirando hacia atrás en su vida anterior, donde había sido tan lamentable, todavía le hacía doler el corazón.
Hizo una reverencia al público abajo, luego se bajó del escenario.
En ese momento, podía sentir la mirada de miles de estudiantes clavada en ella, no exactamente como puñales en su espalda, pero era incómodo. Deseaba poder retirarse a la soledad del aula.
—Yuxin, realmente eres increíble —dijo Zhang Yindi mientras agarraba el brazo de Tang Yuxin, actuando como si fueran amigas cercanas—. ¡Lo sabía que era tuyo! ¿Ves, verdad? Pero, ¿cómo participaste en la competencia? ¿Por qué no me lo dijiste?