—¡Ese imbécil! —golpeó el suelo fuertemente con el pie.
—Ay, ay, ay. —Janjan cojeaba hacia una esquina sosteniendo su pierna.
—Ten cuidado Janjan. —Anna ayudó a su amiga a quitarse los zapatos. Se sintió mejor al haberle contado todo lo que pasó. No le importaría si el mundo la juzgara, pero al menos sabía que tenía una verdadera amiga que la apoyaba sin importar qué.
—Él también morirá por causarme esto. —Janjan se mordió los labios. —Pensar que lo he apoyado durante años... Anna, lo siento tanto, por favor, perdóname. —Jannie se disculpó con su amiga.
—No es tu culpa, Jan. De todas formas, ahora estoy casada. —Jannie se ahogó con las palabras de su amiga y Anna le dio palmaditas en la espalda a su dramática amiga.
—¿T... Tú estás qué? —La voz de Jannie se alzó más de lo usual y Anna rápidamente cubrió la boca de su amiga, mirando alrededor y haciendo una reverencia a las personas que las miraban.