Zhou Zishu lo miró antes de responder sin prisas: —No veo que estés cerca de la muerte.
No había terminado cuando Wen Kexing, como respondiendo, gritó de dolor con la espalda doblada. Una de las cuchillas había atravesado su cuerpo hasta la empuñadura; su rostro se puso pálido y sólo pudo pronunciar: —Tú...
Zhou Zishu se sorprendió inicialmente, pero pronto corrió hacia la dirección opuesta. En la esquina se dislumbró una sombra fugaz que llamó la atención de Zhou Zishu gracias al camino increíblemente estrecho. La sombra no pudo esquivar su ataque a tiempo y tosió sangre que manchó toda su máscara.
Se tambaleó unos pasos hacia atrás, pero todavía logró volver a ponerse de pie y correr.
Hubo un "Oh" de parte de Zhou Zishu cuando se dio cuenta de que la última vez, el brote de piña no lo detuvo no porque su fuerza no fuera suficiente; sino más bien porque este sujeto era bueno para ser un saco de boxeo.
De repente, una figura fantasmal apareció de la nada para agarrar el cuello del hombre de negro, apoyándolo contra la pared.
El hombre de negro dijo con horror: —Tú...
Wen Kexing inclinó la cabeza y sonrió, levantando su otro brazo. La cuchilla que se sostenía debajo de su axila cayó al suelo. Su ropa no tenía un solo rasguño.
Zhou Zishu habló de una manera letárgica: —¿Realmente creíste su engaño? Esta es la primera vez que veo a un asesino tan tonto.
Ante eso, Wen Kexing lo miró pensativo: —No es que sea tan malo, tus ojos son demasiado afilados, amigo mío. Si no estás herido, él podría...
Se interrumpió allí mismo y sacudió la cabeza, fortaleciendo su agarre en el cuello del hombre vestido de negro. Hubo un sonido gorgoteante en su garganta mientras sus ojos brillaron con un miedo indescriptible.
Wen Kexing sintió la parte superior de su cuerpo con la otra mano y dijo: —Una armadura con hilo de oro... Es muy valiosa, es una pena que se haya desperdiciado en ti.
El hombre forzó palabras rotas con gran dificultad: —Maes... M... Ma..."
Los labios de Wen Kexing se curvaron y con un crujido, el hombre se convulsionó y se quedó quieto.
Zhou Zishu observó a su compañero matar a esta persona sin interrogarla, sus ojos se oscurecieron un poco. Dio un paso hacia atrás y se apoyó en la pared, con los brazos cruzados mientras pensaba en algo.
Wen Kexing le quitó la máscara al hombre para revelar completamente su identidad. Se miraba alrededor de los cuarenta años, con un cuerpo pequeño y pómulos altos y crueles; en su mejilla derecha había una gran marca de nacimiento roja. Sus ojos eran pequeños, su nariz era grande y tenía dientes enormes y saltones de conejo.
Wen Kexing comentó después de examinar: —Al ver cómo se ve, merece morir después de todo.
Luego levantó la cabeza para sonreír a Zhou Zishu: —¿Estás de acuerdo, Zhou-xiong?
Zhou Zishu respondió: —Estás realmente lleno de disparates.
Wen Kexing levantó los brazos en un gesto de agradecimiento:—Me siento muy honrado de que pienses eso.
Zhou Zishu se rió burlonamente y pasó junto a él para mirar el cuerpo. Había muchas preguntas quebrantes dentro de él. ¿Cómo terminó la famosa "Armadura Dorada" que desapareció del jianghu hace muchos años en manos de esta persona? ¿Era este el verdadero Xue Fang, el Fantasma Ahorcado? ¿Cómo se hicieron esas criaturas submarinas? ¿Eran humanas?
Desnudó el cadáver en un abrir y cerrar de ojos y encontró un tatuaje desalentador de una cara de fantasma en su espalda. Zhou Zishu hizo una pausa; no podía ser nadie más que uno de los Fantasmas.
¿El Ahorcado? ¿El Fantasma Ahorcado Xue Fang aparentemente tenía dientes de conejo?
Ugh... Esto no está bien. Zhou Zishu inmediatamente abandonó esta línea de pensamiento tan parecida a la de Wen Kexing.
¿Eran los Fantasmas reales quienes persiguieron a Zhang Chengling y a él en el camino? Imposible; los Fantasmas del Bosque Qingzhu no podrían hacerse un nombre ni aunque se tomaran toda la vida.
¿Por qué el Fantasma Ahorcado querría matar a Yu Tianjie? ¿Era la persona que se fue por el otro lado el Fantasma de Luto Encantado?
El acto de matar a figuras de renombre en las afueras de la propiedad de los Zhao fue una confirmación directa de que ellos era los responsables de la masacre de la familia Zhang, ¿En qué le beneficiaría esto al Valle Fantasma?
Y... levantó la vista hacia un amable Wen Kexing, preguntándole de repente: —¿Acaso Wen-xiong no proclamó que no había asesinado a nadie desde que salió de casa? ¿Por qué decidiste hacerlo justo ahora?
Wen Kexing lo fulminó con la mirada: —Él quería terminar conmigo primero; si no hubiera sido lo suficientemente astuto e inteligente, habría muerto bajo esas cuchillas.
Zhou Zishu sonrió: —¿No fuiste también quien afirmó que este desastre no tenía nada que ver contigo, señor de buen corazón Wen?
Wen Kexing respondió con sentido: —Mira a este hombre y la cara de fantasma en su espalda y recuerda al joven que encontramos muerto. ¡Perdió la cabeza antes de que pudiera defenderse! ¿No lo ves? Esto demuestra el hecho de que este hombre era extremadamente vil, ¿Acaso necesitaría una razón para quitarle la vida a alguien de buen corazón como yo?
Zhou Zishu lo miró sin decir nada.
Wen Kexing sacudió la cabeza con una voz llena de convicción: —Qué triste es que un adulto como tú ignore por completo esos principios. Ni siquiera puedo imaginar cómo creciste.
Zhou Zishu guardó silencio por un buen rato. Luego escupió: —Gracias por la lección.
Wen Kexing respondió rápidamente: —No necesitas agradecerme, no seas tan formal.
Zhou Zishu miró hacia abajo y volvió a buscar en el cuerpo. Mientras quitaba la armadura, una pequeña bolsa cayó del área cerca del pecho. La tomó con cuidado y encontró un brillante trozo de lapislázuli dentro. Era tan grande como la palma de su mano y meticulosamente diseñado, aparentemente grabado con patrones.
Levantó la pieza rota para examinarla bajo la luz: —¿Lapislázuli?
Hubo un "Ah" de Wen Kexing cuando lo miró más de cerca y lo recibió del otro con ambas manos, como si tuviera miedo de romperlo: —No es de extrañar que usara la Armadura Dorada, yo habría hecho lo mismo si lo tuviera en mi poder.
Zhou Zishu sintió curiosidad por la actitud seria del otro hombre: —¿Qué es? —No pudo evitar preguntar.
Wen Kexing respondió: —Esta parece ser una de las cinco piezas que componen la legendaria Armadura Lapislázuli... Pensé que eran rumores, pero parece que son reales después de todo. Se dice que una vez que reúnas las cinco piezas, gobernarás sobre Zhong Yuan sin importar quién seas. Algunos dicen que las piezas tienen la guía del mejor estilo de artes marciales escondido dentro de ellas; otros dicen que esconden un mapa y que al seguir las instrucciones te llevará al objeto de tus sueños y deseos.
Lo volvió a poner en la palma de Zhou Zishu de mala gana, doblando los dedos del otro a su alrededor: —Es un objeto valioso —Dijo suavemente.
Zhou Zishu asintió entendiendo e inmediatamente alejó la mano de Wen Kexing.
Volvió a meter el trozo de lapislázuli en la bolsa y lo arrojó a un lado descuidadamente para seguir buscando en el cuerpo del Fantasma Ahorcado.
Después de girar el cadáver una y otra vez y no encontrar nada más, se puso de pie con el ceño fruncido: —Bueno, esto es problemático. ¿Cómo salimos ahora?
Miró fijamente a Wen Kexing que estaba todavía sentado y continuó molesto: —¡Te pregunto, señor buena persona Wen! Ya que mataste a este hombre demasiado rápido, ¿Quieres que cavemos como ratones hasta encontrar la salida?
Wen Kexing señaló el lapislázuli: —Tú... ¿No lo quieres?
Zhou Zishu respondió con una expresión solemne: —Si la pieza completa está hecha de lapislázuli real, entonces vale una fortuna. Pero sólo hay una parte de ella aquí, así que es completamente inútil. Ni siquiera una casa de empeño tomaría esa cosa.
Ante eso, Wen Kexing se rió suavemente y se levantó. Siguió a Zhou Zishu mientras preguntaba: —Veo cuán cauteloso es Zhou-xiong, ¿Por qué no crees en los rumores? ¿No tienes deseos o aspiraciones?
Zhou Zishu no se molestó en mirar hacia atrás: —Incluso tú no lo quieres, entonces, ¿Por qué debo quererlo yo? ¿No tienes deseos también, caritativo Wen-xiong?
Wen Kexing volvió la cabeza hacia el objeto y guardó cuidadosamente la bolsa con el lapislázuli en su bolsillo de pecho: —¿Qué pasa si lo quiero? —Preguntó.
Zhou Zishu lo miró y luego respondió: —Ah.
Y eso fue todo.
Caminaron de un lado a otro en la cueva, volviendo a visitar el lugar desde donde partieron y la entrada con las cuchillas sobresaliendo. Zhou Zishu sintió la pared que los rodeaba con sus manos: —Esta puerta se cerró cuando intentamos salir, así que en ese momento el Fantasma Ahorcado estaba definitivamente cerca. El mecanismo de control podría estar alrededor de este lugar también.
Pero ambos estaban completamente desorientados cuando se trataba de adivinación, por lo que la búsqueda fue inútil. Los siete clavos comenzaron a moverse ligeramente, informando a Zhou Zishu que se acercaba la medianoche de nuevo.
Otro día completo había pasado con ellos atrapados aquí y considerando que estaba en peor condición que antes, comerse a esa bestia parecida a un perro podría ser inevitable.
Mientras pensaban, de repente se escuchó una voz débil desde algún lugar lejos de la entrada de la cueva: —Date prisa, encontré este lugar, déjame llamarlos... ¡Maestro! ¡Maestro! ¿Puedes escucharme... Maestro, todavía estás respirando? Si es así, te sacaré de esta tumba, pero si quieres ir a ver al Rey del Infierno, ¡No te molestaré!
¡Era Gu Xiang!
Por algunas razones desconocidas, después de haber sido perseguido por un perro grande, mordido por un monstruo y aterrorizado por la apariencia del Fantasma Ahorcado; Zhou Zishu se sintió increíblemente agradecido de escuchar su voz.
Gu Xiang susurró: —¿No me escuchaste o ya estás muerto? ¡Maestro, me voy a ir de verdad si no hablas!
Sólo entonces Wen Kexing habló en voz baja: —A-Xiang, ¿Sabes qué le sucede a las chicas que hablan demasiado y no hacen nada?
Esto parecía ser un kungfu especial de envío de sonido. Zhou Zishu lo había visto eel otro hombre varias veces; sin importar dónde estuviera o qué tan bajo hablara, podía hacer que su objetivo escuchara lo que decía muy claramente.
Gu Xiang emitió un sonido quejumbroso, instando a alguien: —Date prisa, ¿No oíste ql Maestro diciéndome que haga más y hable menos? Vamos a sacarlo de ahí.
Después comenzó el sonido de la excavación.
Zhou Zishu se dio cuenta de repente: en lugar de no hacer mucho, Gu Xiang simplemente no hizo nada en absoluto.
Les llevó casi cuatro horas sacarlos, como si fueran dos nabos gigantes.
Al lado de Gu Xiang había una multitud de hombres que parecían trabajadores regulares.
Ella gritó: —¡Miren! ¡Están arrastrándose hacia afuera!
Zhou Zishu ya no quería salir tras escuchar sus palabras.
Wen Kexing permaneció tranquilo, saliendo con la cara llena de suciedad y mugre.
Miró a Gu Xiang y le ordenó: —Puedes callarte ahora.
Gu Xiang sacó la lengua, haciendo una cara fea en dirección a Zhou Zishu.
Un aparente trabajador caminó hacia ellos y saludó formalmente a Wen Kexing: —Maestro, llegamos tarde.
Gu Xiang interrumpió: —De hecho, vimos las marcas que dejaste atrás hace mucho tiempo, pero los Zhao hicieron un gran alboroto ya que ocurrieron dos muertes misteriosas y todos esos cobardes que vinieron aquí después de eso paralizaron nuestro progreso. ¿Cómo terminaron aquí ustedes dos, de todos modos?"
Wen Kexing respondió: —Escuchamos a una lechuza riendo.
Zhou Zishu miró hacia cualquier otra dirección, como si ser arrastrado a la conversación fuera lo último que quisiera.
—¿Ah? —Gu Xiang preguntó confundida.
Al mirar a Zhou Zishu, Gu Xiang finalmente entendió de qué se trataba el dicho "Una mula sólo es obediente cuando recibe una golpiza*". En cuanto a cuando miró a Wen Kexing, finalmente supo cómo una persona podía ser tan descarada que avergonzaría al resto del mundo. Siguió a los dos hombres, sintiéndose extremadamente orgullosa de sí misma por haber aprendido tanto en sólo una noche.
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[1] Esta expresión idiomática se usa para las personas que son estúpidamente tercas y a las que sólo un trato duro las hace conformarse a algo.