*Arealla*
Me volví hacia Marco. Le daría los pocos minutos que me pidió, pero no había nada que pudiera decir que me hiciera cambiar de opinión.
Estos lobos me habían abandonado. Tenían tantas opciones, tantas opciones ante ellos. Y habían elegido simplemente entregarme a un humano al azar.
Podrían haberme entregado a los padres de Marcus. Al menos podrían haber intentado recuperar a mi lobo. Pero no lo hicieron. No lo harían. Preferirían haber dejado huérfana a su hija, entregarla a los humanos, que hacer cualquier cosa que pudiera parecer una rendición ante su enemigo.
Ni siquiera por la vida de su hija.
No había nada que Marcus pudiera decir que me hiciera pasar por alto eso. Movería la tierra por él. Pero no volvería con ellos. No después de que la Diosa de la Luna me guió hasta él y me trajo de regreso a la Luna Oscura a pesar de todos los esfuerzos de Vanessa y Thibault por separarme de él y la manada.