—Probablemente no estés al tanto de que ella es la mujer de Ren Feifan. —Los ojos de Chen Linglong se estrecharon bruscamente.
¡Ren Feifan!
¡Ese nombre no podría ser más familiar!
Se había convertido en el mayor obstáculo en su camino de las artes marciales.
¡Arruinó su futuro solo para tratar con Ren Feifan a toda costa!
¿Pero desde cuándo su mujer pasó a ser de Ren Feifan?
Chen Linglong se burló:
—Hermano Zhou, creo que estás equivocado. Esta chica ha estado comprometida conmigo desde la infancia y aún es virgen ahora. ¿Cómo podría pertenecer a ese miserable?
Al oír esto, Zhou Chenglong sintió que algo andaba mal. Miró a Chen Linglong y dijo en serio:
—No me equivoco. No sé de dónde sacaste a esta muchacha de la Familia Cui, pero tengo la sensación de que Ren Feifan podría aparecer aquí.
Zhou Chenglong no le temía a Ren Feifan; más bien, sentía que había algo extraño en él. Esta sensación no se podía explicar fácilmente, pero simplemente le hacía sentirse amenazado.