—¡Mierda, llevo seis horas esperando, este maestro va a venir o no! —un joven bien vestido finalmente perdió la paciencia y empezó a lanzar maldiciones. Había saltado el desayuno por miedo a perderse la llegada del maestro, pero ahora había estado esperando toda la mañana sin poder echar un vistazo al maestro legendario.
—Sabes qué, tengo tanta hambre que mi estómago está a punto de atacarme. Si esperamos unas horas más, voy a desayunar y volver a esperar desde temprano mañana. —Otra belleza dijo enojada, golpeando el suelo con el pie, preparándose para irse.
…
—¡Crujido! —Ren Feifan llegó a la misma calle en la que había estado ayer.
Acababa de salir de su coche cuando quedó completamente estupefacto por la escena frente a él... Maldita sea... Esto es... ¿Por qué hay tanta multitud?
Toda la calle estaba repleta de gente; si no hubiera visitado ayer, Ren podría haber pensado que había entrado en una estación de tren durante la carrera del Festival de Primavera.