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Neil Griffin, como uno de los miembros más veteranos del Palacio del Rey Dragón, había logrado grandes hazañas en batalla para el Palacio, y el número de personas que había matado era incontable. Su fuerza también era muy formidable.
Había pensado que una vez que el líder muriera, él sería naturalmente el siguiente en la fila.
Pero para su completa sorpresa, el líder había elegido a su hijo inútil para que le sucediera.
Neil Griffin sabía demasiado bien que una vez que ese tipo se convirtiera en el líder, su primer objetivo definitivamente sería él mismo.
No era hombre de quedarse sentado esperando la muerte, así que resueltamente eligió organizar un golpe de estado.
Aunque tenía bastantes seguidores, solo representaban una pequeña parte del Palacio del Rey Dragón.
Incluso si podían competir temporalmente con la oposición, al final no era una solución sostenible.