—¡Bésame! —solicitó Jessica Flack se inclinó hacia Basil Jaak, mirándolo con anhelo en sus ojos.
Basil sonrió ligeramente, inclinándose para besarla. Sin embargo, el sonido de su teléfono sonando en su bolsillo interrumpió el momento.
—¡Ignóralo! —exclamó Jessica, sujetando la cara de Basil y presionando sus labios contra los de él.
Basil se retiró, dándole a Jessica una sonrisa amarga.
—Es tu papá —dijo él.
—¿Mi papá? —respondió sorprendida Jessica.
Basil presionó la tecla verde de responder y la voz de Norberto Flack se oyó a través del teléfono.
—Jaquín Pequeño, ¿con quién estás ahora, puedes hablar? —preguntó Norberto sin rodeos.
Basil miró a Jessica y asintió.
—Adelante, Sr. Flack —respondió.
—¡Bien! —Norberto no sospechó nada y procedió a decirle a Basil—, el gobierno no puede cumplir con tus demandas, pero puedo usar mis conexiones para lavar tu dinero, con una tarifa de manejo del 20%. Sin embargo, no te preocupes, yo cubriré las pérdidas de la tarifa.