—Gracias, Bella. Le has dado a tu hermano una oportunidad. Es posible que no la merezca, pero te has convertido en una mejor persona por darle esa oportunidad —dijo Natalie sinceramente.
Sus ojos lentamente se pusieron rojos mientras contenía las lágrimas. Para ella, era suficiente que ella y Lucas estuvieran separados; no quería que sus dos hijos se convirtieran en enemigos y se distanciaran el uno del otro.
—Vamos, mamá. No me agradezcas. Solo estoy haciendo lo que le prometí a papá y a ti. Una vez familia, siempre familia. No puedo excluir a mi hermano mayor de nuestra vida. Lo que estoy haciendo ahora es lo mejor para él, le guste o no. Es para ayudarlo a ser más humano otra vez. Con suerte, podrá cambiar y convertirse en una mejor persona —dijo Bella.
Natalie asintió en acuerdo. —Espero que sí, Bella. También estoy preocupada porque cuanto más veo a Henry, más me recuerda a tu padre. Está empezando a parecerse a tu padre.
—Aún es joven. Espero que cambie —sonrió Bella.