—Yo no te impedí irte... —Bai Zhi contraatacó.
—¿No lo hiciste? —Shen Feiwan levantó las cejas, sus ojos ligeramente entrecerrados.
—Sólo quería presentarte a Joyería Fulan. Sí, admito, quería venderte Joyería Fulan, y consideré que como portavoz de Joyería Fulan, debería contribuir a ella, así que te la recomendé tan fervientemente. —Bai Zhi de repente se volvió autoderecha.
Pase lo que pase, nunca admitiría que su vestido no tenía nada que ver con Shen Feiwan.
Ella podía ignorar otras cosas vergonzosas, engañándose a sí misma y a los demás al afirmar ignorancia, pero nunca admitiría tales cosas que mancharían su carácter.
—Pero incluso si te recomiendo por el bien del rendimiento de Joyería Fulan, no puedes empujarme, hacerme chocar con el camarero, hacerme ver tan desaliñada, dejar que tantas personas me vean en tal estado. No me importa, pero esta noche soy la portavoz de Joyería Fulan y mi imagen representa la imagen de Joyería Fulan. —Bai Zhi dijo, sollozando un poco.