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—Acabo de darme cuenta, estos dos en realidad llevan atuendos a juego —Lin Nuannuan estaba sorprendida.
A Shen Feiwan le daba vergüenza admitirle a Lin Nuannuan que había tenido voz en la elección de su ropa de hoy.
—En el escenario, Fu Shiyan hizo una reverencia como un caballero.
Los aplausos fueron ensordecedores.
—Con una voz magnética, ni arrogante ni humilde, Fu Shiyan dijo en el micrófono:
—Agradezco sinceramente a todos los que vinieron al primer banquete de moda de Joyería Fulan. En nombre mío y de Joyería Fulan, ¡agradezco sinceramente a todos su asistencia!
—Si no conociera su verdadera cara, habría sido engañada por su buena presencia —murmuraba Lin Nuannuan continuamente.
No importa lo que hiciera Fu Shiyan, ella tenía algo que decir.
—Aprovechando esta oportunidad, me gustaría presentarles oficialmente a todos el embajador de la marca de Joyería Fulan, la Señorita Bai Zhi —Fu Shiyan trajo a Bai Zhi de manera proactiva.
Bai Zhi sonrió radiante.