Mo Ruyue no le importaba. Era genial tener bananas.
Esta era la favorita de los Monos.
La Banana podía atraer más monos.
Cuando los monos vieron la banana en los brazos de Mo Ruyue, comenzaron a inquietarse.
Todos ellos miraban la banana amarilla, ansiosos por probarla.
Mo Ruyue lanzó una banana y los monos comenzaron a pelear por ella.
Al instante, la escena se convirtió en un caos.
Los Monos valientes se atrevían a acercarse a los humanos, pero tenían mucho miedo a los fantasmas de la montaña, así que no se atrevían a actuar precipitadamente.
Solo podían mirar de lejos la banana en la mano de Mo Ruyue.
Mo Ruyue miró alrededor del grupo de monos, pero no vio al Rey Mono.
Se sentó con resignación en la roca a su lado.
—Hermana Menor, mira, allá hay un mono muy fuerte. ¿Podría ser ese mono el Rey Mono que estamos buscando? —Baili Xi no pudo evitar preguntar al ver al mono fuerte.
No estaba completamente seguro de que el mono que estaba controlando era el Rey Mono.