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CAPÍTULO 1
Caminando por barrios inhóspitos, mi gran hermano Haru y yo, sin duda, nada podría con nosotros. Nosotros dos contra el mundo entero. Y aún así, decidimos buscar a la demás familia de mi padre porque había un rumor de que mi padre tenía más hijos por ahí y queríamos, se me ocurrió que si hay más, deberíamos juntarnos.
"Hay un rumor que dice que nuestro padre tuvo más hijos."
"¿Crees que sería buena idea buscarlos, Najka?"
Creo que tener un objetivo o una misión nos daría algo por lo que luchar. No tiene sentido sobrevivir por sobrevivir, ¿no lo crees, Haru?
"Sí, tienes razón, pero Najka, primero hay que buscar trabajo y tener dinero para comer."
"Sí, mierda, tengo demasiada hambre," se me viene a la mente la comida de papá y mis tripas inevitablemente rugen y Haru se da cuenta.
"Hay que encontrar comida lo más rápido posible. Esa es la mejor idea por ahora."
Se ve a lo lejos como se nos acercan 2 personas, no parecen tener buenas intenciones, el de la derecha tenía lo que parecía un cuchillo en su mano izquierda.
"Oye, Najka, estos tipos tienen intención de quitarnos las cosas."
"Pero, ¿qué cosas? Estamos casi desnudos, no tenemos nada para que nos quiten."
Puedo escuchar lo que dicen y quieren apuñalarte a ti, Najka, pero primero te preguntarán sobre una ubicación.
Solo me río. "Pues vamos a ver de qué son capaces, hermano."
Finalmente se nos acercan y como dijo Haru preguntaron por un establecimiento de una brigada y, obviamente, no sabía ni una mierda.
"No sé de esa ubicación ni de esa brigada."
"Mira, estúpido, dinos, sino los mataremos."
>Me toma del hombro con su mano derecha y apunta su cuchillo a mi estómago.<
Solo le quité su sucia mano de encima mío. Esto obviamente lo hizo molestar más, por lo que sin dudar más, aventó su cuchillo a mi estómago. Alcanzo a poner mi mano derecha y como creí que mi fuerza sería invulnerable, ¡qué estúpido y arrogante fui! Me apuñaló la mano, solo se veía como atravesaba completamente mi mano, me dio algo de miedo, después vino la sangre y luego el dolor. Debo admitir que me dolió.
Apreté el cuchillo con mi mano apuñalada y este imbécil trataba de sacarla, pero sabía que si la sacaba posiblemente me mataría, así que no lo dejé. Con mi mano sobrante le agarré el brazo desde el codo y solo apreté el brazo que tenía el cuchillo y se desprendió, sangre salía a chorros, parecía una cascada, pero en vez de agua era su sangre. Ya que se cayó aproveché y saqué el cuchillo de mi mano, dolió como mierda...
"Muecas de dolor. ¿Qué, qué me quitaste, brazo?"
"¿Quieres seguir peleando? No tengo intención de matarte, pero si siguen, lo tendré que hacer."
"Najka, no, por favor, ya es suficiente."
"¿Tú crees que ellos entendieron?"
"Pienso que debería ser más que suficiente."
El tipo se quedó inmóvil y sostenía la herida para que no saliera más sangre.
"Entonces amigos míos, nos vamos. Espero que no mueran" (sarcasmo).
Nos damos la vuelta y seguimos caminando por unas cuantas horas sin ver atrás. Más adelante, llegamos a una ciudad llamada...
Ciudad Kiryoner
Es una ciudad muy grande y da la sensación de respeto. Para entrar solo hacía falta mostrar respeto a todo y a todos, incluso animales, personas, en todo momento, sin malas palabras ni alterar el orden público.
Obvio que eso para mí era muy difícil porque, ¿mi palabra favorita es mierda?
Era obvio que trataría de no hablar, ya que siempre se me salía el fiestero.
"Vamos a ese lugar a buscar trabajo, Haru. A ver si nos dan algunas opciones."
ESA UBICACIÓN SE LLAMA BRIGADA ALECC
"¿Se tratará de la mierda que buscaban esos pedazos de mojón?"
Por suerte, Haru y yo podíamos hablar por telepatía y no en voz alta. Qué tontos, si tan solo hubieran buscado con más ganas, lo habrían encontrado.
Ya estábamos en la puerta. Decía en un logo:
BRIGADA ALECC, SI BUSCAS TRABAJO, ESTE ES TU LUGAR
"Vaya, vaya, este es nuestro lugar, Haru." Finalmente, después de mucho pensarlo, entramos al sitio. Era un lugar de solo entrar, olía muy mal y estaba hecho de madera, seguramente ya podrida.
Nos acercamos a lo que parecía una anciana decrépita. Olía como pan recién hecho.
"Pregunta de una vez, Najka, sino moriremos de inanición."
Por fin me animo después de verla durante lo que parecían 10 minutos.
"Anciana, ¿sabe de algún encargo o misión para hacer ya mismo?"
"Cual anciana, muchacho insolente. No puedes andar ofendiendo a la gente. En esta gran nación, hay solo una regla y tienes que respetar a todos y todo, mocoso."
"Perdóneme, usted, madame."
"Así está mejor, muchacho," hay una pequeña sonrisa en su arrugado rostro. "Entonces, ¿qué se les ofrece en esta gran nación?"
"Nos gustaría saber si hay algún encargo para realizar ya mismo, señorita."
"Siempre hay suficientes misiones para todos los que vengan por ellas. Este encargo es algo difícil. Tienen que buscar a estos 3 paletos. Son peligrosos y ya han matado a 5 ciudadanos de nuestra ciudad
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Para explicar por qué nos mandan hacer este trabajo que parece muy importante, pero en realidad no lo es, en Kiryoner, una ciudad muy pacífica, y nadie quiere tomar estos trabajos. Para ser honestos, esto es lo más bajo de lo más bajo. Ya llevan varias generaciones con estas reglas, por lo que luchar no es muy llamativo para ellos. La regla número 1 en Kiryoner es respetar a los animales, grandes y pequeños, y a tus vecinos, hijos y hermanos. La número 2 es, obviamente, no faltar al respeto a la ciudad. Todos son iguales, sin importar nada. Esto obviamente es falso, o no lleva tanto tiempo como para que todos lo estén acatando. Además, a los enfermos y rechazados, son separados en una ciudad subterránea destinada para ellos.
"¿Vivos o muertos?", le pregunté a la anciana que parecía que moriría en cualquier momento. La anciana hizo cara de seriedad y respondió:
"Están mejor muertos, si es posible. Traigan sus cabezas aquí. Lo demás de su cuerpo, déjenlo, quémelo, despedácelo, pero no lo entierren. Fueron escoria, merecen morir como escoria."
"Muy bien, nosotros nos encargaremos. ¿Cuál es su nombre por si lo necesitamos?"
"Mi nombre es Afurr. Ahora que lo saben, lárguense y traigan las cabezas de esos tres."
Yo y Haru partimos inmediatamente. Esos tres imbéciles no lo sabían, pero nosotros ya sabíamos dónde estaban. Estaban escondidos en lo que parecía una ciudad subterránea destinada a los marginados, rechazados y enfermos. Si querías esconderte o morir, este era tu lugar. ¿Acaso esos tipos no tienen cromosomas grises?
Haru, con su habilidad para leer los pensamientos de las personas, puede hacerlo, pero le provoca mucho dolor de cabeza. No le tomó mucho tiempo saber la localización de esas personas. Tendremos que estar muy al pendiente de que no sea una estratagema para nosotros. Ellos ya han matado y nosotros no. Obviamente, mi hermano Hemuel no cuenta, jeje.
Nos dirigimos por lo que parecen unas escaleras que llevan al fondo. Bajamos y bajamos, duramos pareciera diez minutos siguiendo bajando. Dando vueltas, la escalera antigua daba vueltas como en espiral. Nos detuvimos un poco para tomar agua y descansar. Ya que parecía que esta cosa no tenía fin, nos sentamos en un escalón de concreto.
Seguimos bajando bastante cansados, con una antorcha en la mano y la otra en el ano porque no hay nada de iluminación. "Najka, ya casi llegamos al final de estas escaleras", dijo Haru. Parecía que nunca acabaría esto. Llegamos al final, pensé que no lo lograríamos. Al parecer, antes de salir, había una puerta. Me decidí a abrirla. Era una puerta de madera bastante corroída por la humedad del agua que caía. ¿Estamos dentro de una cueva? Bueno, es un sí, como más se hizo la ciudad subterránea. Obviamente, en una cueva por debajo de la ciudad. Al abrir la puerta, había un camino de piedra de color negro, completamente liso y muy bien alumbrado. Caminamos durante unos minutos.
"¿Qué es eso, Haru? ¿Es una persona tirada?", pregunté sorprendido.
"Al parecer, sí. Es una persona."
En efecto, era una persona tirada, parecía que estaba muy enfermo o herido. Nos acercamos para ver si podíamos ayudarlo.
"¿Se encuentra bien, señor?", pregunté.
"Creo que sí."
"Hermana, ¿eres tú?", pregunto, con esperanza.
"No, no soy tu hermana. Pero dígame, ¿necesita ayuda? Podemos ayudarle en algo", ofrecí.
No respondió. Se encontraba muy débil, con la voz muy baja, decía incoherencias posiblemente. Está enfermo.
"¿Crees que podrías ayudarlo?", le pregunté a Haru.
"No lo sé. Déjame intentarlo, pero no prometo nada."
Haru tomó con su mano izquierda la frente del señor. Parecía concentrarse en algo.
"Ya veo cuál es su problema", dijo Haru.
"¿Y cuál es?", pregunté con duda.
"Su problema es en la cabeza. Ha sufrido demasiado y algo le impide querer seguir viviendo. Hay alguna secuela en su mente."
"Entonces, haz algo, Haru", le pedí.
Por lo que me dio a entender Haru, le lavará el cerebro para borrar lo que le perturba en su mente y estar mejor. Haru estuvo un rato en cuclillas, tratando de que esto funcione. La persona tirada abrió finalmente los ojos, parpadeaba como si hubiera estado mucho tiempo dormido.
"¿Dónde... dónde estoy?", preguntó confundido.
"Estás debajo de la ciudad Kiryoner", respondí.
"¿Cómo te llamas?", preguntó Haru.
"Creo que me llamo..."
"Vipoverd dijo como si ese no fuera su verdadero nombre.
Creo que ese no es un nombre muy real.
Tú no eres nadie para criticar nombres. Najka, literalmente tu nombre significa mierda.
Hago cara de "no me jodas".
Entonces ya estás mejor, ¿nos vamos? Fue un gusto conocerle, Vipoverd."
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Esperen", dijo desesperado.
"Este, este... ¿qué planeta es?"
"¡Qué pregunta más extraña! Obviamente es oviomaz, así se llama oviomaz."
"¿Qué se suponía que iríamos a un planeta inanimado?"
"¿¿¿Inanimado??? ¿Te refieres a que no haya vida? Eso quiere decir que hay más planetas con vida, ¿no somos los únicos? Dime, ¿de qué planeta vienes?"
"Vengo de un planeta llamado Tierra. Estamos buscando planetas habitables, pero sin criaturas o vida como este."
"¿Son conquistadores?"
"No, en realidad estamos tratando de huir de nuestro lugar."
"Puedo preguntarte ¿por qué?"
"Hace no mucho por fin hicimos contacto con una raza llamada los grises. Ellos trabajan como una especie de colmena. Ya teníamos la sospecha de ellos desde hace muchísimo tiempo, pero cuando por fin hicimos contacto, nos revelaron nuestra triste realidad y seguramente también la suya."
No digo nada, simplemente pongo mucha atención a lo que me dice esta persona, no parece mentir.
Le pregunto a Haru en mi mente, "¿Acaso nos está mintiendo?"
"No, definitivamente no. Si dice la verdad, no miente", responde Haru.
El aspecto de este hombre es de una barba desaliñada y cabello corto. Sus ojos son verdes y habla muy educadamente.
"Nos dijeron que nos pusieron en su lista de criaturas adoptadas y que así nos mantendrían seguros en una especie de cárcel, adaptándonos como sus animales, que éramos de su colección de especies. Así nos protegerían de la raza suprema.
Por lo que entendí, hasta cierto punto los grises están por debajo, obviamente, de los supremos, pero que tenían un tratado donde ellos podían adoptar seres y así ellos no se meterían con ellos, pero obviamente tienen que ser de cierto interés para los grises. Pero no se sabe cómo un humano logró romper las barreras. Ni siquiera nuestra propia raza sabe, pero por lo que nos contaron los grises, es que un humano insultó a un supremo y entonces ya no nos tendrían en su lista de criaturas. Y aquí me tienes. Muy seguramente un humano, como dices tú, fue a un planeta que no debía, que este era de la propiedad de los supremos, y pues ya te imaginarás.
Pero ¿ya entiendes la situación?"
Se tira de rodillas y pone sus dos manos en la cabeza.
"¿Que matarán a todos los humanos y subhumanos y dependencia humana?"
"Ya veo, entonces ya entendí."
"¿Nos matarán también a nosotros? Ni siquiera me quiero imaginar en qué nivel están para que te encuentres así."
"¿Qué es eso que escucho en mi cabeza?"
"Tranquilo, soy yo. No puedo hablar, pero puedo comunicarme por telepatía."
"¿Tú eres el que me ayudó, no es verdad?"
"Sí, te vi en muy mal estado y no pude evitar pensar en qué te pasó para estar así."
"Muchas gracias, chico."
"No te preocupes, yo encantado de ayudar."
"Por favor, vayamos a mi nave para presentarlos con los demás y que los conozcan."
"¿Tú qué opinas, Haru?"
"Me muero de hambre y sueño. Si hay comida, sin dudarlo iré."
Ayudamos al tipo a pararse y buscar su nave. Al parecer está cerca. No me explico cómo entró su nave aquí.
Caminamos 5 minutos y estaba una cosa de color rojo con negro, con letras que no entendía. Tenía dibujado un planeta azul muy bonito.
"¿Esta es tu nave?", pregunté con asombro.
"Haru, creo que me enamoré de las naves humanas." dije
"¿Cómo te vas a enamorar de una cosa voladora? ¿Qué eres, un enfermo sexual?"
"Yo prefiero la palabra 'perturbado sexual'."
"Joder, aún mejor, joyita."
Este hombre solo se plantó delante de la nave, que por cierto era muy grande, y se abrió.
Salió una chica de color pelirrojo intenso. Sabes que debes correr cuando sus ojos combinan con su pelo, o sea, ojos rojos y cabello rojo. Estás muerto o desearás estarlo.
Salió otra chica de cabello rubio, muy esbelta pero muy musculosa. No demasiado, pero se notaban sus músculos. Esto es para querer morirse. Las dos son muy guapas.
Habló la chica de cabello rojo, "¡Adimaru! Pensé que estabas muerto. Como nos dijiste que no saliéramos por nada, no salimos, pero estábamos demasiado preocupadas por ti."
"Sí, maldito hijo de puta, nunca debiste irte sin mí. ¡Quiero matar aliens!", dijo con una sonrisa.
"Mierda, creo que tendré problemas aquí."
"Sí, pero ya estoy aquí, no se preocupen."
"Por favor, comida, danos comida, cara de 'me moriré de hambre en 3 minutos'."
"Por favor, pasen. Les daremos algo de comer."
Sin pena, pasamos como hemuel en mis bolas. Y lo que vimos, lo que vimos fue totalmente diferente. Era futurista, algo que seguramente a mi raza le tomaría millones de años poder tan siquiera soñar con lo que vi. Era totalmente hermoso. Con tan solo verlo, supe que quería irme con ellos.
Nos sentamos en una mesa de cristal. El cristal era algo relativamente nuevo en mi planeta.
"¿Y díganos, cómo se llaman?"
"Mi nombre es Najka, y él es mi hermano Haru. Él no puede hablar, pero puede comunicarse a través de la telepatía."
"Oh, vaya, en serio, eso es una fantasía en mi mundo, algo con lo que solo podemos fantasear."
"¿No hay poderes en la Tierra?"
Chasquea la lengua. "No, por supuesto que no. Nos encantaría, pero no. Incluso con nuestra tecnología, no hemos podido."
"Oye, eso es triste."
"Lo sé, amigo", hace cara de querer llorar.
"Presentense chicas, por favor."
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Mi nombre es Julliana, se acomoda su cabello con picardía.
Mi nombre es Luxz.
Luxz toma algo de los estantes y dice:
"Prepararé unos macarrones con queso. ¿Qué les parece?"
"Nunca los hemos probado así que por favor", respondemos.
Once minutos después, ya estaba listo y olía muy bien. ¿Será la comida humana tan buena?
Nos sentamos y comemos como una familia. Haru parece muy contento, pero está atento por si las cosas se salen de control.
"¿Qué es esto, Adimaru?", pregunto cuando me da algo.
"Se llama cuchara. Así comemos los humanos."
"Ya veo", respondo, tomando la cuchara y comiendo. Nunca había probado algo así, ¡es delicioso!
"¿Qué es esto, Adimaru?", pregunto de nuevo.
"Es queso. Sigue comiendo como si el queso fuera la cosa más normal del mundo."
"¡Amo el queso!", exclamo.
"Me alegro de que te guste, Najka. Por cierto, ¿cuál es tu poder?", pregunta Luxz.
"Pienso... Creo que es desgarrar la carne", respondo.
"Mierda, chico, entonces no es buena idea meterte contigo", comenta Adimaru.
"Bueno, déjame contarte... desde que estaba en el estómago de mi madre, siendo un pequeño pedazo de mierda, salí a la fuerza de ahí", comparto.
"¡Joder, en serio? Debió ser horrible", dice Luxz.
"Sí, pero no tanto."
Comemos hasta casi explotar, nuestras panzas están llenas.
"Ya que comieron, hay que dormir. Mañana hay que compartir información", dice Adimaru.
Nos lleva a una pequeña parte de la nave y hay dos camas.
"Aquí dormirán mis queridos amigos", dice antes de irse y cerrar la puerta.
Sin pensar en nada más, nos quedamos dormidos. Estábamos demasiado cansados y por fin podíamos descansar. ¿Quién lo diría, seres de otro planeta?
Pienso antes de dar mi último suspiro. Pasaron alrededor de nueve horas.
Me despierto. "Mierda, siento que dormí dos días enteros. ¿De qué está hecho lo que dormimos? Tendré que preguntarle a nuestro amigo Haru. ¿Dónde estás, Haru?"
Haru no está a mi lado. Hay dos camas, él está en una y yo en otra. Están un poco alejadas pero lo suficientemente cerca para saber si la persona que duerme contigo está o no está a tu lado.
Me vuelvo a acostar, quería pensar y relajarme un rato más. Tendremos que decidir seguramente si quedarnos en nuestro planeta o irnos con ellos. Es una decisión muy difícil.
Me levanto finalmente y abro la puerta. Su perilla es una especie de manija en forma de círculo. Estos humanos no dejan de sorprenderme.
La abro y busco a Haru. Mierda, lo que veo es algo que no me esperaba. Por un momento pensé que era mi imaginación porque me costaba abrir los ojos, aún tenía bastante sueño.
Trato de limpiarme los ojos con mi mano izquierda. Veo mis manos y la herida ya no está. Me imagino que es gracias a la tecnología humana. Por fin veo.
Haru está con la pelirroja peligro.
Siento envidia, pero bueno, Haru se lo merece. Bueno, solo puedo decir que ¿aproveché?
Mierda, mi orgullo.
Están dándole duro. Lo peor es que ella no es la que gime, sino Haru. Haru no puede hablar pero hace sonidos que me perturban.
Me tapo los ojos y voy a la mesa a ver si puedo encontrar a los demás. "Oye tú, chico, ven."
Adimaru está en una cosa que parece muy cómoda.
"¿Qué es esa cosa en la que estás?"
"Esto? Esto es un sillón. Mira, ven, siéntate junto a mí."
Camino hacia él y me siento. "Dime,? ¿Irias con nosotros o no?"
"Es una decisión muy difícil, pero sin duda quiero matar a esos hijos de puta de los supremos. Te voy a decir la verdad. Ayer lo estuve pensando y viéndote a ti y a Haru, tengo una idea."
"¿Cuál?", pregunto con ansiedad.
Hago cara de "dime, maldito bastardo".
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¡Genial! Aquí está el texto corregido:
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Es simple: reclutar a todos los seres más fuertes de cada planeta para hacerles frente a esos tal supremos.
Inmediatamente me levanto y digo: "Sí, sí quiero."
Haru sale de la habitación y se dirige hacia donde estamos los dos.
"Yo también me apunto, amigos", dice Haru.
Se está ajustando los pantalones, obviamente no me lo había imaginado.
"Pero obviamente quisiera venir después por nuestras demás hermanas", agrega.
"Sí, eso también lo pensé", respondo.
"Por supuesto, después de unos años vendremos de nuevo, pero ahora ya hay que irnos", dice Adimaru.
"Entonces, ¿nos vamos?"
FINAL DEL CAPÍTULO 1
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