—¿Cuál es el punto de leer todas esas novelas y mangas en tu vida anterior? Estoy seguro de que puedes hacerlo mejor que esto, ¿verdad? ¿O aún no te has acostumbrado a este mundo? Bueno, tampoco puedo culparte, ni siquiera ha pasado un día completo desde que te transmigraste, después de todo.
Allura habló y al oír sus palabras, los ojos de Nux se abrieron de par en par, sorprendido y asustado.
—¡T-T-Tú! ¿Cuánto sabes exactamente? ¿Puedes leer mi mente o algo así? —exclamó Nux.
—Bueno, esa es una suposición razonable, pero estás equivocado, intenta con otra cosa.
—¡No juegues conmigo! ¡Dime cómo sabes todo esto! —gritó Nux.
—¿Qué harías por mí si te lo digo? —preguntó Allura mientras inclinaba la cabeza con una sonrisa.
—Haré lo que quieras —respondió Nux rápidamente.
De repente, la expresión de Allura cambió. Se sentó, miró directamente a los ojos de Nux y habló,
—¿Lo que yo quiera? —repitió Allura.
Al ver esa expresión, Nux se quedó petrificado.