—¿Entonces qué se suponía que hiciera?!? —la desesperación en la voz de Melvin resonó a través de todo el ser de Nial mientras lo sacudía con fuerza—. Le hizo sentir a Nial incapaz de decir una sola palabra durante unos momentos después de oír la fuerte exclamación de Melvin que estaba llena de culpa y dolor. Le hizo superar el mayor obstáculo que había enfrentado hasta ahora: él mismo y sus emociones que habían causado estragos en su corazón.
—Tú… no tenías que hacer nada, salvo luchar por aquellos que te gustan y amas —le hizo saber—. Después de cometer un error deberías arreglarlo, o pedir disculpas a las personas a las que has herido. No me importa si me lastimas a mí, pero ¿qué hay del resto de mi familia… ya te has disculpado con ellos? No, no lo has hecho... ¡así que qué tal si empiezas, justo allí!