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Lillia solo quería que sus hijas fueran felices. Deseaba que recibieran el amor que tanto habían ansiado todo este tiempo. Así que desvistió a Blake para que ahora estuviera durmiendo en la cama desnudo, con Destiny y Joy mirándolo con las mejillas sonrojadas. Ante ellas estaba el hombre con el que habían soñado durante tanto tiempo. No lo veían como su papá, sino como un hombre.
—Mamá, ¿estás segura de que podemos hacer esto? Si Papá se entera, podría enojarse mucho... —Destiny estaba un poco preocupada.
—Está bien. Solo están ayudando a lavar su cuerpo. No puedo permitir demasiado, así que exploren a gusto sus corazones. Vuestro papá no se enojará si le digo que fui yo quien les pidió que lo hicieran. —Lillia sabía que probablemente recibiría una mirada extraña de Blake, pero quería hacer lo que pudiera.