En el tranquilo Reino de Nightshade, la luz del sol proyectaba un resplandor carmesí sobre el pabellón donde Silvia y Kayla estaban sentadas juntas, rodeadas de las criaturas salvajes del bosque lejano.
El pabellón, adornado con intrincados trabajos en madera oscura y cojines de terciopelo, contrastaba marcadamente con la enérgica actividad de los preparativos en la Casa Valentine.
Los ojos de Silvia brillaban de emoción mientras presentaba un elegante pergamino rojo a Kayla —Esta es la invitación a la boda de Silvia. Por supuesto, no hace falta decir que tienes que venir, jeje.
Kayla aceptó el pergamino con una sonrisa cálida, sosteniéndolo cerca de su pecho —Incluso si no hubieras venido hasta aquí, me habría colado en tu boda.
Silvia soltó una risita, su risa sonando suavemente en el aire —A Silvia no le importará eso. Es más divertido de esa manera. Quizás Silvia lo haga si tú organizas una boda sorpresa.