—Oi, no juegues conmigo. Solo dame todos ellos —habló Ares con una voz solemne pero confiada.
—¿Quieres que mate a todos ellos? Tienes una oportunidad de oro para salvar a dos miembros de tu familia. ¿Quieres desperdiciarla así? —preguntó Anon con una sonrisa.
—Ares, elige a tu madre y a mí. Deja que tu hermano muera; ya no nos es útil. De hecho, él es la única razón por la que estamos en esta situación en primer lugar. Debería asumir las consecuencias de lo que hizo. Solo elígenos a tu madre y a mí —gritó Peter.
—No, hijo. Él es tu hermano, y yo soy tu madre. Te di a luz. Tienes que elegirme a mí y a tu hermano. Deja que este hombre muera —la madre de Ares suplicó.
—¿Qué juegos enfermos estabas jugando con mi familia? —preguntó Ares con una expresión de shock.
Su madre le estaba diciendo que dejara morir a su padre y la salvara, mientras que su padre le estaba diciendo que lo salvara a él y dejara morir a su hermano de sangre.