El Anciano extendió su mano para que Priya la estrechara.
—Creo que hemos llegado a un acuerdo. Cada diez días, necesitaremos una carga de mercancías. Les enviaremos un mensaje con el avión anterior, pero para la próxima carga, simplemente traíganos lo mismo, con algunas modas diferentes si es posible. A toda dama le encanta un vestido nuevo, y no podemos tener duplicados tan pronto —la anciana se rió.
Las mujeres de la patrulla de guardia se rieron entre dientes, y los otros Ancianos, así como la Alcaldesa, asintieron en señal de acuerdo. No había nada peor que encontrar el atuendo perfecto y luego ver a alguien más llevándolo mejor que tú.
Priya estrechó su mano con una sonrisa.