—Señor, de hecho son de la Academia Eldridge. La persona delante de nosotros está emitiendo el aura de un Caballero del Aura del Cuarto Círculo. Si no son de la Academia, no les tomará mucho tiempo aniquilarnos a todos —le dijo a Riaz. Su expresión cambió y se volteó hacia el Director.
—Me disculpo, parece que debe estar diciendo la verdad. ¿Tiene alguna sugerencia sobre lo que debo hacer ahora? —preguntó Alfred.
—Sí tengo un favor que pedir. Mis estudiantes necesitan desesperadamente experiencia en el mundo real. Espero que les permita ocuparse de los intrusos entrantes en lugar de que luchen sus guardias.
Sus palabras confundieron al guardia y a Riaz.
—¿Está seguro, señor? Si están planeando atacarnos, entonces deben tener al menos un Caballero Aura del Tercer Círculo —dijo.
Alfred miró a Leo. —¿Es así? —preguntó con una sonrisa.
Leo frunció el ceño cuando le hicieron la pregunta. Era solo para probar qué tan fuerte era su percepción, lo que no disfrutaba.