Atticus estaba hirviendo de rabia.
Estaba tan enojado que su puño estaba apretado con fuerza, su intención de matar se volvía aún más potente.
—Por supuesto, no había forma de que esto hubiera sucedido sin que él lo supiera —pensó.
Si Atticus tuviera que ser completamente honesto, todo había resultado para lo mejor. Se había hecho sin su conocimiento, pero había podido superar con éxito el traje y se había asimilado con él.
Y aunque aún no había tenido tiempo de evaluar los cambios en él, Atticus estaba seguro de que su fuerza de combate había aumentado significativamente.
Todo había resultado para bien, pero… por más que Atticus quisiera dejar todo esto atrás, su corazón no se lo permitía.
Era quién era en lo más profundo de su ser. Sabía internamente que no importaba el tiempo que pasara, este asunto seguiría en su mente si no lo resolvía.