—Uhh…
El siguiente día llegó bastante rápido y Rey despertó con un leve gruñido, abriendo los ojos lentamente hacia el mundo que lo rodeaba.
La razón de su gruñido no era la repentina exposición a la luz ni ninguna rigidez en su cuerpo. No, él había superado hace tiempo esas molestias. La causa de su expresión y reacción de incomodidad se debía a una razón única.
—Maestro, ¡buenos días! ¿Dormiste bien? Jeje... ¡esa fue nuestra primera noche juntos! ¿Lo disfrutaste? ¡Yo sí!
—Buenos días también para ti... —murmuró Rey con voz monótona mientras se levantaba de su cama suave y cómoda.
Estirando su cuerpo, solo por costumbre, también bostezó.
Su cuerpo desnudo se erigía impecablemente, delineando perfectamente su forma impecable y músculos bien tonificados. Todo en él parecía estar al máximo—desde los bíceps, los tríceps, hasta la distribución de músculos por todo su cuerpo. Tenía todas las estéticas adecuadas para acompañar su cuerpo delgado.
—¡Perfección!