—Tu condición todavía necesita de más exámenes. Quédate aquí un poco más tiempo —sugirió Qin Mo antes de añadir—. No te preocupes, este lugar no puede ser alcanzado por cualquiera.
El pequeño piso de oficina que compraron ahora estaba altamente protegido por equipos avanzados provistos por el ejército. Si alguien intentase entrar sin el permiso de Qin Mo o Lu Che, se enviaría una señal de alarma directamente a la estación de policía más cercana y a un comandante estacionado cerca de la oficina.
Qin Mo no mencionó esto a Ran Xueyi pero al menos podría disminuir sus sentimientos de ansiedad por estar bajo constante ataque de fuerzas desconocidas.
Ran Xueyi les agradeció antes de quedarse en silencio.
Qin Mo y Lu Che tomaron tácitamente la decisión de dejarla sola para que pudiera relajar su mente y cuerpo.
—Hay gachas de carne en la mesa junto a la cama. Come algo para recuperar tus fuerzas.