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—Me provocaste hasta que casi comencé a dudar de mi autocontrol, así que ¿por qué no te enseño a tener el mismo autocontrol? —preguntó Fu Hua en un tono serio mientras deslizaba 2 dedos dentro de ella, mientras su pulgar acariciaba su clítoris.
Jia Li sintió olas de placer golpearla mientras arqueaba su espalda y se movía en el sofá.
—Sabes que no estás siendo obediente —dijo Fu Hua en un tono bajo y peligroso.
—No quiero ser obediente —dijo Jia Li mientras él movía sus dedos dentro y fuera de ella acariciando su clítoris.
Se sentía tan complacida que no quería preocuparse por su imagen en ese momento. Su imagen no importaba, lo importante eran sus necesidades sexuales siendo satisfechas.
—Fu Hua soltó una risa ante su respuesta y añadió un dedo extra dentro de ella —Si no quieres ser obediente, está bien porque sé cómo hacerte obediente.