Fu Hee preguntó por la salud de Jia Li y cómo se sentía ahora.
—¿Necesitas que envíe a otro profesional para asistirte como la señora Zu? —preguntó Fu Hee con una sonrisa.
—No tía, será un lío. Mi doctor viene a revisarme a mí y al niño, así que está bien —dijo Jia Li mientras la rechazaba cortésmente.
—Si tú lo dices. No olvides comunicarte conmigo si tienes algún problema. Aunque mi suegra y una niñera me ayudaron cuando tuve a Fu Hua, todavía sé una o dos cosas —le dijo Fu Hee.
—Gracias, tía. Buscaré tu guía cuando la necesite —dijo Jia Li con una sonrisa.
—Bien —dijo Fu Hee y echó un vistazo a la niña en sus brazos. La pequeña se veía tan inocente mientras la observaba.
—Jia Li, trajimos un poco de sopa para ti, tómala mientras está caliente —dijo Fu ChunHua mientras sacaba el termo de la bolsa y lo ponía sobre un taburete.
—Tía, ¿no crees que estoy engordando? Si sigo comiendo todas estas comidas, puede que no quepa en mi ropa —dijo Jia Li.