—Jia Li, el anciano te ha prometido que hoy puedes volver con tu familia. No pienses demasiado en ellos, los verás esta noche —Fu Hee le dijo en un tono amable.
—Lo sé Tía, pero no sé por qué estoy preocupada. Mi corazón late rápido y no puedo controlarlo. Nunca me había sentido así antes —Jia Li dijo en un tono preocupado.
—¿Es tan serio, deberíamos ir al médico para que te hagan un chequeo? —Fu Hee preguntó con preocupación.
—No, Tía, creo que estaré bien. Solo quiero regresar a casa. Quiero ver a mis padres —Jia Li dijo mientras de repente se emocionaba.
Fu Hee no sabía qué hacer. Así que solo pudo ordenar al conductor que condujera rápido mientras intentaba consolarla.
En tres minutos, llegaron a la casa.
Jia Li tenía mucha dificultad para respirar y jadeaba por aire. Fu Hee estaba en un dilema mientras la ayudaba a salir del coche.
—¡Ve y llama a alguien que ayude! —Fu Hee gritó al conductor.