—¿Cómo... cómo te atreves a insultarme? ¿De dónde saliste, imbécil? ¿Quieres morir? ¿Quién te crees que eres para venir a la Nación M y actuar con tanta arrogancia?
Aquí nadie había visto nunca a un loco como ese. Mirando a Xi Ting, todo el piso estaba desconcertado. Las familias adineradas presentes inmediatamente comenzaron a murmurar.
No obstante, Xi Ting no estaba dispuesto a retroceder en absoluto. Mirando en la dirección de ese hombre, preguntó —¿cómo es esto considerado un insulto? Creo que te he dado un precio alto basado en mi evaluación sobre ti y porque no quiero problemas.
—No me detengan. ¡Voy a matar a este hombre! —exclamó salvajemente mientras estaba de pie—. Hmph. Jovenzuelo apestoso ensuciando nuestra Nación M. ¿No sabes quién soy? Hmph, te lo mostraré. ¡Veremos cómo puedes aún salir de este lugar después de provocarme!