—Dame un beso —dijo Jia Yuze—. Un beso de buenas noches, luego nos iremos.
Lavantó la mano y señaló sus propios labios.
Qiao Qing se cubrió los labios, —Todavía me duele.
—Solo un piquito —dijo Jia Yuze.
Qiao Qing se sentía tan nerviosa que le resultaba difícil respirar. Primero, él la besó, sin darle la oportunidad de resistirse.
Aunque, ella nunca había pensado en rechazarlo tampoco. Pero aún así era pasiva. Ahora, Jia Yuze quería que ella tomara la iniciativa de besarlo.
Qiao Qing reunió su coraje, cerró los ojos y se armó de valor mientras se inclinaba hacia adelante y le daba un piquito en los labios a Jia Yuze.
Justo cuando estaba a punto de inclinarse hacia atrás, la palma de él sujetó la parte trasera de su cabeza.
Se inclinó de inmediato. Él dijo que solo quería un piquito, pero dio la vuelta y le dio un beso profundo. Al final, Qiao Qing realmente sintió que era demasiado doloroso y jadeó ligeramente.
Jia Yuze la soltó inmediatamente.