—Qin Yan miró a Qin Muran y sonrió —dijo ella—. Su hermana insistía en humillarla delante de todos los invitados. Era realmente difícil rehusar su gran hospitalidad.
—Qin Muran quería que fuera completamente avergonzada y transformada en el hazmerreír de la ciudad.
—Era hora de que le diera a su hermana menor una sorpresa.
—Mu Yuyin refunfuñó fríamente —dijo ella—. "Apúrate."
—Era bueno que no tuviera que forzar a la fea prostituta a hacerlo.
—No obstante, le preocupaba que su rostro podrido fuera demasiado repugnante.
—Qin Yan alzó su delicada mano y comenzó a quitarse la máscara.
—Queridos invitados, ha llegado el momento que todos hemos estado esperando. Por favor, miren mientras la mujer más fea del país, Qin Yan, se quita la máscara!—Mu Yuyin habló para avivar aún más el ambiente agitado.
—Todos los invitados dirigieron su mirada hacia Qin Yan. Todos contuvieron la respiración.